Federico Gutiérrez solicitó un nuevo permiso al Concejo de Medellín para viajar, esta vez a la Argentina, en momentos en que el cadáver de una mujer, encostalado, era arrojado en pleno centro de la capital paisa y las extremidades de otra mujer eran encontradas en zona rural del barrio Buenos Aires.

Con estos asesinatos, la ciudad llegó a 223 muertos en los 104 días que van del año 2019, más de dos asesinatos por día, y un aumento del 23 por ciento respecto los casos presentados el año pasado.

En el primero de los casos, uniformados que vigilaban el centro de Medellín detuvieron a tres personas que transportaban un costal en una carretilla.

En un momento determinado, el costal cayó al piso y en su interior se descubrió el cuerpo de una mujer, sin que se tenga su plena identidad, ni los victimarios y menos el por qué de este cruel asesinato.

“Gracias al modelo por cuadrantes logramos la captura de tres personas, dos de ellos dos hombres y una mujer. Al parecer, la víctima laboraba en el centro de Medellín y estamos investigando si se trata de microtráfico o venganzas personales”, dijo a los periodistas el brigadier general Eliécer Camacho Jiménez, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.

En el segundo caso, un llamado de la comunidad alertó a las autoridades sobre el fuerte y prolongado olor fétido que salía de una zona semiurbana del barrio Buenos Aires.

Hasta allí llegaron los efectivos del cuadrante y encontraron, semienterradas, partes de un cuerpo humano, las cuales posteriormente la Policía describiría como las extremidades de una mujer.

Al igual que en el primer caso, no se tiene conocimiento de los asesinos, las causales y muchos menos la identidad de la víctima.

Una penosa labor de búsqueda del cuerpo restante de la mujer hacían las autoridades en la zona cercana a donde fueron halladas sus extremidades, sin resultados conocidos hasta la noche de este miércoles.

Curiosamente, Federico Gutiérrez viajará a Buenos Aires, pero no el barrio sino la capital gaucha, para hablar de desarrollo económico de Medellín, el cual, en la capital paisa, desde que él llegó a ocupar el cargo de Alcalde, ha sido predominantemente para las agencias funerarias y los cementerios.