La Fiscalía de Guatemala, llamada en ese país Ministerio Público, denunció que Iván Velásquez, ministro de defensa de Colombia, tuvo nexos con la firma brasilera Odebrecht, que en la década pasada sobornó a gobiernos y funcionarios de toda Suramérica.
Según el fiscal de Guatemala, Rafael Culichiche, “hubo negociaciones oscuras” entre Veláquez y la constructora brasilera Odebrecht.
En el año 2017, los dueños de Odebrecht habían señalado que entregaron 18 millones de dólares a diversos funcionarios, tanto del gobierno como externos.
Al estallar hoy el escándalo, Iván Velásquez, ministro de defensa de Colombia, señaló que «no he sido notificado de ningún requerimiento por parte de las autoridades de Guatemala».
Y que tiene «la tranquilidad de que el trabajo adelantado en el país centroamericano se realizó con total transparencia y dentro del marco legal que amparaba el funcionamiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala».
«Mi compromiso con la transparencia, la justicia y la lucha contra la impunidad ha sido y seguirá siendo la impronta de mis labores como servidor público y ahora como Ministro de Defensa Nacional», dijo en un comunicado público.
Entre los años 2013 y 2017 Velásquez fue jefe de la Cicig (Comisión Internacional Contra la Impunidad) en Guatemala, creada para perseguir a funcionarios involucrados en corrupción, de todo tipo. Finalmente, Velásquez fue expulsado de ese país.
En los años 80 cuando el gobierno de Estados Unidos demostró la financiación de la candidatura presidencial de Ernesto Samper por el cartel de Cali, se hizo famosa una frase del humorista Jaime Garzón, donde señalaba “había que rodear al presidente… ¡para que no se escape!, frase que hoy, tras el anuncio de la orden de captura contra Iván Velásquez, parece repetirse.