Jorge Robledo y Jorge Gómez pidieron a los colombianos acompañarlos en una twitteratón contra la reforma tributaria que radicará el presidente Iván Duque ante el Congreso.
Para no golpear su imagen pública, Duque le cambió el nombre por ley de solidaridad, la cual busca recaudar $60 billones en los próximos años.
Según Jorge Robledo y Jorge Gómez, ese “cambio de nombre” lleva a que radiquen la denuncia “por violación a los principios constitucionales de moralidad pública y buena fe”.
“Datos claves para tener en cuenta:
El pasado 2 de abril, en entrevista con Caracol Radio, el Presidente Iván Duque afirmó que el proyecto de ley que el gobierno presentará bajo el título de Ley de Solidaridad Sostenible, NO era una reforma tributaria: “Lo primero, es que aquí esto no se trata de una reforma tributaria. Se trata de financiar y proteger socialmente a nuestro país en medio de la pandemia y para los próximos años…”
Al sostener esa mentira, Duque estaría violando los principios constitucionales de moralidad administrativa y de buena fe, que se espera cumplan los funcionarios públicos, y en especial el Presidente de la República.
La reforma tributaria no es por el gasto público de la pandemia. 105 países gastaron más del PIB que Colombia, Duque fue particularmente tacaño ante la crisis más grande de la historia reciente del país (equivalente a cerca de 2,8% del PIB nacional).
La reforma tributaria es una exigencia internacional. El FMI exigió que en 3 años el Gobierno reduzca el déficit fiscal en 60 billones de pesos (20 billones en 2021, 30 billones en 2022 y 10 billones en 2023).
La propuesta que se conoce la construyó un comité presidido por la OCDE que dice que se debe establecer una ley que aumente el recaudo de impuestos y reduzca el déficit fiscal.
¿Qué razones hay para rechazar la reforma tributaria en Colombia?
La comisión de expertos también recomienda que se debe hacer una ley balanceada, es decir que sus efectos no sean tan acelerados que golpeen la recuperación económica, ni tan lenta que el déficit asuste a los inversionistas y las agencias calificadoras de riesgo.
La reforma tributaria no es por la pandemia. Duque y Carrasquilla tienen que tapar el hueco fiscal de los regalos a las grandes empresas y mega inversiones de la tributaria del 2019. Para 2021, estos regalos se proyectaban en 9,4 billones de pesos, para 2022 se proyectan en 11,5 billones y para 2023 en 19,4 billones.
El gasto del año 2020 por la pandemia no es la razón de la Tributaria. El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana muestra que después de un año solo se desembolsaron 29,7 billones de pesos del FOME, que cuenta con 40,5 billones. Pero de los 29,7 billones, no se han comprometido ni pagado ese total.
La reforma busca sacar 10,5 billones de pesos en IVA y 16 billones en mayor renta para la clase media. Pero no habla de los beneficios tributarios a la gran minería o al sector financiero, mucho menos a los capitales de inversión extranjera y los capitales en paraísos fiscales.
No se corregirá el desigual sistema tributario del país. Por el contrario, se ampliarán los impuestos indirectos, como el IVA, y la renta se concentrará en personas con ingresos de 2,5 millones al mes.
El impuesto a las pensiones es un ataque al trabajo y al ahorro de personas que, no por ser de las pocas personas pensionadas en el país significa que sean los más ricos en Colombia. Duque concentra la tributaria contra la clase media.