La Junta de EPM la están conformando a retazos y el último nombramiento es Pablo Robledo, famoso porque poseía una isla cerca a Cartagena, que en realidad pertenecía a la nación.
En una denuncia del 2012, El Tiempo señala que estaban buscando a Pablo Robledo para notificarlo de una investigación en su contra, sin poder hallarlo.
Según el diario, lo buscaban por ser poseedor o apropiarse una isla que es propiedad de la nación y donde ya se había construido, sin licencias.
Era una investigación para clarificar la propiedad de 100 predios en las Islas del Rosario y San Bernardo.
Que buscaba, esencialmente, devolverle a la nación las tierras que muchos privados se había apropiado en esas islas.
“Allí, en casi una hectárea de playa fueron construidas ilegalmente dos casas, un quiosco y un muelle de 30 metros para el disfrute privado.
Según el informe, ninguna de esas construcciones tiene licencia y están levantadas en plena área marina protegida”, se lee en el periódico.
Lo curioso es que Robledo era viceministro de Justicia, como cuota de Germán Vargas Lleras, pero nadie “lo había podido encontrar” para notificarlo de la investigación.
¿Qué dice el periódico El Tiempo?
Según el relato, cuando periodistas de El Tiempo lo encararon para que hablara de la investigación, el nuevo integrante de la Junta de Empresas Públicas de Medellín les advirtió que no se había enterado de la investigación y que él ya había devuelvo el terreno.
Según él, si fueron suyas esas tierras, pero solo entre los años 2002 y 2004.
Agregando que solo en enero del 2012 se enteró de la investigación, aunque el Ministerio del Medio Ambiente la había iniciado en el año 2006.
«Fui poseedor de El Embrujo entre enero del 2002 y febrero del 2004, pero en ese lapso no hice ninguna de las obras», advirtió Robledo a El Tiempo.
Aunque después reconoció que volvió posteriormente al predio, pero en calidad de visitante.
El nuevo pupilo de Daniel Quintero, llega a la junta de EPM después de cuarenta llamadas y cuarenta rechazos de potenciales integrantes de esa directiva, que antes se ufanaba de los hombres y mujeres que la integraban y que hoy es una colcha que se va llenado a retazos.
Eso sí, llegan a una empresa con un presupuesto de 17 billones de pesos, que son un mar de negocios.
Puede leer la investigación: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-11376745