La madame de Cartagena o Liliana del Carmen Campos Puello, la mujer que manejaba la prostitución para turistas y colombianos en esa ciudad del país, se acogió a un preacuerdo con la Fiscalía que le permitirá rebajar su pena de cárcel.

Por el mismo delito, también fue condenado su esposo, pero estarán en cárceles separadas.

Según el código penal, la madame de Cartagena podría ser condenada a 8 años de cárcel, por trata de personas, pero al admitir su culpabilidad se sentencia bajaría a una pena de entre cuatro y cinco años. Dos de los cuales ya los lleva encarcelada.

Entre las fiestas en Cartagena, con prostitutas y drogas, se recuerda la famosa “isla del sexo”, que valía 19 millones de pesos para quien quisiera participar de ella, y le permitía “disfrutar de 60 chicas jóvenes” y drogas ilimitadas.

“Las orgías comenzaron apenas unos minutos después de que los 30 invitados abordamos un yate de lujo que nos llevó, junto a 60 prostitutas, a la isla tropical privada… Los estimulantes sexuales estaban disponibles de forma gratuita y se nos permitía una hora con 15 niñas a la vez, pero si te cansaste de una chica, podías hacer un trato con otro invitado y hacer un intercambio”, dijo un extranjero que participó de una de ellas en el periódico The SUN.

Sobre las drogas, dijo que también eran ilimitadas y que “había muchas drogas, pastillas, poppers, cocaína y todas las grandes… algunas otras que nunca antes había escuchado, como el que llamaron” toothy “, es rosa y lo hueles, realmente te emociona y te da ganas de tener relaciones sexuales”.

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¿Qué hacían la madame de Cartagena, su esposo y su padre?

Además de la madame de Cartagena también admitieron conformar esa red de prostitución y esclavitud sexual su esposo, Gustavo Adolfo Ruiz, y Carlos Enrique Campo, padre de la mujer.

El acuerdo con la Fiscalía lo avaló el juzgado Segundo Penal Especializado de Cartagena, con funciones de conocimiento.

Los procesados aceptaron cargos por los delitos de trata de personas y concierto para delinquir, por lo que se enfrentaran a penas de hasta 98 meses de prisión.

El rol de cada uno de los fue establecido en la investigación de la Fiscalía. La madame de Cartagena seleccionaba las “niñas” y promocionaba la red de prostitución entre visitantes nacionales y extranjeros, mientras que su padre, Carlos Enrique Campo, era quien arrendaba las viviendas donde permanecían las jovencitas y el esposo era quien cobraba por los servicios sexuales.