“Es el último camino. Ya en reposa en la gruta de tumbas vaticanas. En la misma que tuvo San Juan Pablo II, antes de ser declarado beato”, dice César Mauricio Velásquez al hablar de la tumba de Benedicto XVI.
Hasta ahí llega la parte pública, pero la parte “secreta” del sepelio de un Papa se la contó Velásquez a www.rutanoticias.co.
La primera curiosidad es que la tumba de Benedicto XVI está en una zona subterránea debajo de la Iglesia de San Pedro.
Es una serie de catacumbas donde los Papas, o los beatos, o los santos, pueden ser enterrados en el piso (a nivel de tierra) o en “bóvedas”, que generalmente son pequeños cuartos rodeados de mármol.
La segunda curiosidad es que la tumba de Benedicto XVI es la misma que ocupó durante siete años el cuerpo de Juan Pablo II, cuyo “cofre” (nunca dicen ataúd) fue trasladado en el año 2012 a la Catedral.
Juan Pablo II murió en el año 2005 y siete años después se inició la “causa” para promover su beatificación (por ley de la iglesia deben esperarse mínimo 5 años para iniciar esas “causas”).
Entre el 2012 y el 2013 se terminaría el proceso y Juan Pablo II sería beatificado por Benedicto XVI y canonizado (tras la renuncia de Benedicto) por el Papa Francisco.
¿Cómo se entierra un Papa?
Los cuerpos de los Papas, o los santos o beatos no son tratados químicamente y aun así muchos, al ser trasladados, son encontrados con sus cuerpos “incorruptos” ante la naturaleza.
Los cuerpos son enterrados en tres “cofres”, el exterior que es de madera, luego uno de zinc y finalmente otro de madera, en el cual yace el cuerpo.
Aunque cada «cofre» encaja perfectamente en el anterior, el de zinc es soldado con un compuesto especial y sobre él está el nombre de la persona, o su título, y una frase que «significa» lo que fue su vida.
En total, esos tres “cofres”, sin contar con el cuerpo, pesan unos 400 kilos.
Los tres “cofres” en que yacen los Papas, o santos o beatos, significan los tres días de muerte y resurrección de Jesucristo.