Las canoas de Turbo transportan nativos y visitantes hacia las poblaciones cercanas y son la base del sustento de muchos pescadores.

Eran canoas comunes y corrientes, en madera o en fibra plástica.

Hasta este mes que Antioquia es Mágica y la Fundación Pintuco convencieron a los pescadores de transformarlas.

Los propietarios de las canoas de Turbo participaron en un proceso de construcción de imaginarios, que tuvo el acompañamiento de expertos de Antioquia es Mágica y la Fundación Pintuco, que les sirvió para incorporar elementos propios de su región en sus lanchas.  

Durante nueve días, los dueños de las canoas estuvieron apoyando el trabajo de artistas de Turbo y Necoclí, en Playa Dulce.

Allí, cerca del mar que les permitía dejar volar la imaginación, pescadores y diseñadores crearon diseños personales y los plasmaron sobre las lanchas.

El resultado, sobre las fibras de vidrio quedaron muchos de los íconos de Urabá. Por eso, ahora por las costas turberas se observa navegar obras de arte.

Son veinte lanchas que tradicionalmente han sido usadas por transportadores y pescadores para cumplir con sus faenas, pero que ahora han sido intervenidas con formas y colores, para rendir un homenaje a esta labor ancestral. 

El propósito de esta intervención es que las lanchas se conviertan en nuevos íconos de Turbo, porque con su colorido estarán navegando por las costas y manglares del distrito.