No votar en marzo en Colombia, como rechazo a los “contratistas del Estado”, y los candidatos que apoyan, propone hoy la “Crónica de Gardeazábal”.

¿Qué generaría no votar en marzo en Colombia?, la respuesta la da el homenajeado escritor en www.rutanoticias.co:

“38.819.901 PODEMOS VOTAR O ABSTENERNOS

La Registraduría les ha informado a los colombianos que casi 39 millones de ciudadanos estamos habilitados para votar.

Si hubiese algún grupo que liderara a este país con ideas o propuestas atractivas que nos dieran la esperanza de que esta farsa democrática   se fuera a venir al suelo el 13 de marzo, hoy no estaría tratando de analizar el sancocho en donde hemos caído ni insistiendo en que votar ese día es legitimar tontamente una república constitucional pero inviable, sino que estaría patrocinando la presencia en las urnas.

Pero como estoy fundamentado en una verdad irrebatible, la de que el corrompido   proceso electoral colombiano se ha generalizado en la aplicación acelerada de los métodos sinvergüenzas que la exsenadora barranquillera le contó a la Corte Suprema que ella aplicó y sus congéneres también, comprando y vendiendo votos, tengo que volver a insistir en que usemos una de las herramientas de la democracia que los griegos nos legaron: la abstención.

Dado que el voto puede ser a favor de alguno de los candidatos que aspira a elegirse como congresista o depositado pendejamente en blanco para hacer ver que legitimamos la elección, solo nos queda una opción de peso, la de ejercer el repudio a esa cochinada absteniéndonos de ir a votar.

¿Qué genera no votar en marzo en Colombia?

Si ese 13 de marzo no votamos ni la mitad de los 39 millones que podemos hacerlo, estaremos no solo rechazando el estado de cosas que han propiciado que se instaure una falsa democracia en Colombia.

Estaremos iniciando la destrucción de un sistema en donde en vez de partidos políticos existen cooperativas de contratistas y en vez de congresistas hay manipuladores de contratos pagaderos con la plata de nuestros impuestos.

Todo voto en blanco o a favor de cualquier candidato al Congreso ese día legitima la vagabundería en que volvieron la representación parlamentaria.

Pero, sobre todo, es una tácita aceptación de que, aunque sabemos que los votos se compran y se venden ya no solo en la Costa Atlántica (de donde llegó esa costumbre) sino en todo el país, votar termina siendo un apoyo a la asquerosidad.

Acepto que toda abstención es apenas un granito de arena para hacerle sentir a las cooperativas de contratistas que ellos no representan a la ciudadanía sino a quienes les financian su elección para poder acomodar partidas presupuestales que permitan más y más contratos.

Pero es un granito que puede ser un montón.

Entiendo que así no voten sino los 12 millones adquiribles en el mercado electoral, los que queden estarán elegidos.

Pero si hay 27 millones de abstencionistas (el 70% del electorado) deslegitimando esa elección, no votando, se habrá abierto la brecha para que más temprano que tarde lleguen desde la calle quienes se atrevan a renovar de verdad la podrida estructura en que se sostiene la república.

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El Porce febrero 15 del 2022.