La pandemia del coronavirus es una peste que mostró las debilidades de todos los que debían controlarla.

Lo dice Gardeazábal y resalta que la pandemia del coronavirus también “despilfarró» la dignidad de Iván Duque:

“No hay la menor duda, esta peste nos ha permitido ver que, a médicos y científicos, gobiernos y organismos multilaterales, hospitales y clínicas les quedó grande la responsabilidad.

No miremos las falsas victorias tempranas de Europa y Estados Unidos, hoy tambaleando por una probable segunda ola.

Ni juzguemos a Bolsonaro, a Jhonson, a Trump o al chéchere de Amlo.

Miremos nuestro solar y tratemos de hacer un resumen para que comprobemos que aquí también les quedó grande.

Empecemos por recordar que se decretó una cuarentena porque los asesores contratados por el gobierno de los mocosos, los del Imperial College de Londres, se equivocaron en un 15.000 % en sus cálculos.

Eso llevó a que nos decretaran una estricta cuarentena que tenía dos objetivos: prohibirle la movilidad a 3.5 millones de colombianos mayores de 70 años y suspender todas las acciones hospitalarias que no fuesen de urgencia para alistar a clínicas y hospitales con UCI suficientes al momento de llegar el pico de la pandemia.

Como la curva les quedó grande porque a 4 meses de iniciado el proceso cuarentenario solo se ha realizado un millón escaso de pruebas y hay 49 millones de colombianos que no han tenido ese derecho, se inventaron la atracción circense de estarse 90 días dizque aplanando la curva.

¿Por qué la pandemia del coronavirus les quedó grande?

Hoy día va en vertical subida. Y, para completar, creyeron que comprando respiradores era contar automáticamente con un número de UCI suficientes.

Y no fue así, obviamente, hoy están copadas las UCI en todo el país y sin llegar al pico de la pandemia estamos enterrando 200 muertos diarios pero contabilizados 4 o 5 días atrás.

Se combatió con furia científica toda noticia que trajera esperanza como la hidrocloroquina de Trump y Bolsonaro, la invermectina de Guayaquil o el Ramdisivir del Japón.

Tanto que nos ha quedado la impresión de que médicos, científicos y gobernantes lo que quieren es que sufran o mueran miles o millones de colombianos prohibiendo por decreto toda opción de salvarse porque nunca promocionaron un solo medicamento como antídoto o tan siquiera un paliativo.

Pero quizás donde mejor se ve que les quedó grande es todas las tardes a las 6 pm., en el magazín de tv. Al jefe de los mocosos que nos gobiernan le quedó tan grande la presidencia que despilfarró su dignidad, su tiempo y su poder de convicción para hacer el ridículo en ese programa, ganarse la imagen de ineptitud en el mando y afrontar hoy el pavoroso resultado que se nos vino encima.

En vez de contratar unos creativos de publicidad que hubiesen inventado cortometrajes convincentes que repitieran seria o jocosamente lo que debíamos hacer para escaparnos de la peste, creyeron que gobernar no era convencer razonablemente sino firmar decretos y protocolos dispendiosos de leer y casi imposibles de aplicar.

Aceptemos. Por donde lo miremos les quedó grande».