Votar en Colombia para el Congreso es uno de los derechos de los ciudadanos.

Pero votar en Colombia para el Congreso “sería cohonestar la farsa en que se volvieron las elecciones”, dice la “Crónica de Gardeazábal”, para www.rutanoticias.co:

“NO VOTO EL DOMINGO

He repetido una y otra vez que no estoy de acuerdo con la manera miserable como los partidos políticos fueron convertidos en cooperativas de contratistas.

He dicho que a muchos colombianos nos da asco elegir a quienes cuando no compran y venden los votos prefieren quedarse callados frente a esos y otros vicios repugnantes de la democracia de sus congéneres.

Pero, sobre todo, porque estoy convencido que la vagabundería que le abrió las puertas a la corrupción que se está consumiendo a este país se inicia desde el Congreso de la República, cuando negocia los cupos indicativos en el presupuesto a cambio del voto en favor del gobernante, no voto el domingo y apelo a la posibilidad de expresar mi rechazo a esa farsa de la democracia absteniéndome de votar.

Una cosa es votar en blanco demostrando aparentemente su fastidio por los candidatos, pero renovando el acto de fe en las urnas y otra mucho más contundente la de expresar el rechazo absoluto a la cochinada en que se convirtieron las elecciones en Colombia, no acudiendo a votar.

En este país, donde no es obligatorio el voto, la abstención es una herramienta tan democrática como la de ir a votar o votar en blanco.

¿Por qué son una farsa las elecciones en Colombia?

Votar el domingo, para mí, que no soy dueño sino de mi voto, sería cohonestar la farsa en que se volvieron las elecciones para corporaciones públicas.

Allí no se expresa la voluntad popular. Se compran y se venden los votos.

Allí no se escogen los candidatos presidenciales a las primarias. Se simulan unas previas.

Como esas consultas no han sido reglamentadas por la ley, cualquiera de los candidatos de las distintas coaliciones puede mamarse y hacerle pistola al resultado que los verdaderos dueños del poder querían matizar o disfrazar como certamen popular de selección.

Si durante tantas jornadas diarias a través de esta crónica he venido denunciando la corruptela en que cayeron los congresistas del país feriando sus votos, primero frente al gobierno de turno y después canjeándolo por unos pesos ante el elector, mal me quedaría ir a votar este domingo.

He visto a lo largo de mi ya prolongada existencia como los partidos políticos desaparecieron y fueron convertidos en unas cooperativas de contratistas y he visto como se deformó la representación parlamentaria y el oficio de ir hasta el Capitolio quedó convertido en el miserable papel de los vendedores y comisionistas de lo ajeno.

No creo entonces en las dizque consultas primarias porque fueron montadas como gancho para seguir engañando a la ciudadanía inculcándoles falsamente que para escoger presidente hay que votar el domingo por los congresistas desalmados.

Yo no voto. Espero hasta el 28 de mayo para votar ahí si de verdad para presidente.

Gustavo Álvarez Gardeazábal.