Las redes sociales en Colombia son hoy la mejor forma de comunicación: Facebook reporta 36 millones de usuarios y Twitter cerca de 5 millones de inscritos en el país.

Pero, ¿Son las redes sociales en Colombia el lenguaje de los jóvenes? En medio de celulares y diversos aparatos tecnológicos, ellos incursionan en espacios como Twitter y Facebook para visibilizarse en las nuevas coordenadas espaciotemporales de la era digital. El libro “Jóvenes y redes sociales en busca de la reconfiguración” analiza la forma como los jóvenes usan y se apropian de estas herramientas tecnológicas. Esta obra es resultado de una investigación realizada por los docentes del Politécnico Grancolombiano Mireya Barón, Álvaro Duque, Frederick Mendoza y Wilmar Quintero.

La investigación explica que las redes sociales han revolucionado la forma en que los jóvenes interactúan, aprenden y se relacionan con el mundo. Hablar de jóvenes suele creerse la falsa afirmación de que la mayoría son «competentes digitales». Lo cierto es que ser «nativo o migrante digital» por el simple hecho de haber nacido antes o después de 1980 y haber tenido o no la oportunidad de convivir implícitamente con los avances tecnológicos actuales desde temprana edad, no conlleva estar o ser alfabetizados digitalmente.

¿Cómo usan los jóvenes las redes sociales en Colombia?

A nivel mundial, las plataformas de mayor uso por parte de los jóvenes son YouTube, Instagram y Snapchat. En Colombia, se reportaron a inicios de 2024 más de 36 millones de usuarios en Facebook, posicionándola como la red social más popular del país. En el caso de Twitter, se estiman cerca de 5 millones de usuarios activos, subrayando su relevancia en el panorama digital colombiano.

La investigación reveló que el 8% de los estudiantes de educación media usan Twitter y el 21% Facebook. Estas dos redes sociales se utilizan mayormente para buscar información.

En el caso de Twitter, esta tendencia se ve influenciada por la participación en actividades políticas, siendo más del 30% de los jóvenes involucrados en política usuarios activos de esta red. En cuanto a Facebook, se destaca que más del 55% de quienes utilizan esta plataforma para informarse también pertenecen a algún grupo o partido político.

La investigación también encontró una fuerte relación con las actividades religiosas, ya que el grupo de estudiantes que participó en estas actividades tiene un 3% más de usuarios en Facebook que el grupo que no tiene afiliaciones religiosas activas. Otra variable consultada fue la relacionada con los grupos étnicos (afrodescendientes, gitanos e indígenas), aquí se encontró que el 14% de los estudiantes que pertenecen a estos grupos reportaron usar Facebook. En cuanto al género, encuentra que las diferencias entre hombres y mujeres en el uso de redes sociales en ningún caso supera el 1%.

¿Cómo afectan Facebook y Twitter al cerebro?

Ahora bien, los estudiantes analizados reflejaron una alta probabilidad de usar Twitter y Facebook para informarse y en menor medida para compartir información. Dependiendo de la forma en que se utilicen las redes sociales pueden ser impulsores de desarrollo personal y social o generar efectos negativos que pueden estar asociados con bajos niveles de satisfacción con la vida.

Precisamente en ese ámbito de la satisfacción con la vida, se registra un nivel cercano a 8 entre los usuarios de estas redes sociales, una cifra alta en comparación con otros grupos poblacionales. Sin embargo, se observa una clara discrepancia entre las dos redes sociales: mientras Facebook tiene efectos negativos, Twitter muestra efectos positivos.

Llama la atención que el uso de Twitter con fines informativos se correlaciona positivamente con la conciencia, pero negativamente con la neurosis, extraversión y la sociabilidad. Por su parte, Facebook se relaciona negativamente con la neurosis, la extraversión, la apertura y la sociabilidad, lo que puede ser indicativo de procrastinación, negligencia y falta de autodisciplina; su uso podría traducirse en menor rendimiento escolar, disminución de las oportunidades y detrimento en la formación del capital humano joven.

Son ampliamente conocidos los efectos positivos y negativos que pueden causar estas tecnologías. Por un lado, mejoran las habilidades en el manejo de procesadores de texto, hojas de cálculo, navegadores y otros softwares, y posibilitan menos dependencia de los docentes, generando mayor flexibilidad. Pero, por otro lado, generan riesgo de obesidad, ojos irritados, dolores de espalda y cuello; y, dado a que disminuyen las relaciones sociales cara a cara, generan desórdenes psicológicos tales como: agresividad, estrés, ansiedad, desconcentración, baja autoestima, manías, obsesiones y desmotivación.

¿Se pueden usar las redes sociales en Colombia para educar?

Y aunque las redes sociales están asociadas a la forma como nos comunicamos, producimos contenidos y conocimiento, y actuamos bajo el ecosistema digital, la investigación encontró que las aulas siguen siendo bastante ajenas a esta situación. Su uso puede ser determinante en la gestión educativa, tanto en las relaciones de las instituciones y las organizaciones del sector, como en los procesos pedagógicos.

Los investigadores explican que las redes sociales se convierten en un medio educativo que, de un lado posibilita una comunicación rápida y sencilla, y de otro lado compite con contenidos de todo tipo que pueden resultar interesantes para los estudiantes de secundaria y sus familias o tutores. Dotan a los alumnos de un papel más activo, al fomentar la interacción con los docentes y rompen las barreras del espacio y tiempo. Además, proveen al estudiante de un entorno creativo con múltiples herramientas y materiales, y allí pueden surtirse de gran cantidad de información y recursos.

Por eso, la propuesta es incorporar las redes sociales al proceso pedagógico, en vez de luchar con ellas como si fueran un enemigo. Los colegios y universidades deben trabajar en desarrollar competencias mediáticas y neo tecnológicas, para acompañarlos en el proceso.

El uso de Facebook para comunicar su malestar frente a la vida puede considerarse como una alerta temprana enviada por los jóvenes, de tal modo que los amigos, padres de familia e instituciones educativas pueden asumir un rol más activo de cara a las situaciones complejas que enfrentan los jóvenes.

Finalmente, los investigadores encontraron que el uso de las redes sociales aumenta con el nivel de ingresos, el tiempo de viaje a la institución educativa y la educación de los padres. En este último factor, se aprecia que los estudiantes con padres más educados utilizan más las redes sociales.

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