Cuando todos pensaban que Rodolfo Correa se había volado de Medellín porque descubrieron que contrataba “bodegas digitales” para que lo auto alabaran, o atacaran a quien no lo sigue, resultó que su salida de la capital paisa era para pedir, en Washington, medidas cautelares para su candidatura.

Rodolfo Correa, candidato a la Alcaldía de Medellín, sufrió esta semana dos golpes fuertes en su aspiración electoral.

El primero, le descubrieron que contrataba bodegas para “auto inflarse”.

Y el segundo, que la Registraduría notificó que de las 112 mil (112.000) firmas que entregó para inscribirse, solo 28.500 cumplían la normatividad, lo que significaba que las otras 83.500 podrían ser falsas.

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Esa notificación de la Registraduría, fue calificada por Correa como una jugada de fuerzas oscuras para atacar su campaña y “sacarlo del juego”.

Curiosamente, a esa misma medida, la de pedir medidas cautelares, acudió en el pasado Daniel Quintero, cuando se ha sentido acorralado por los señalamientos de corrupción en su administración en Medellín.

Ni Rodolfo Correa ni su campaña informaron cuando regresará a Medellín, donde está proyectada una rueda de prensa para explicar cuál es el partido político que lo avaló y qué comparte, ideológicamente con esa colectividad.

A pesar de “ese revés”, Rodolfo Corea pudo inscribirse, por un partido ecologista, y su nombre figurará en la lista de candidatos para las elecciones de este domingo 29 de octubre.