Santiago Jaramillo vive como el protagonista de mentiras verdaderas, una película donde todos encubren lo que en realidad son en la vida real.

Y ahora, Santiago Jaramillo volvió a repetir su show de decir verdades, en medio de mentiras.

“Dr. Bernie (refiriéndose a Bernardo Alejandro Guerra el concejal investigado por favorecer a su hija con acuerdos en el Concejo de Medellín y por los contratos ilegales de su familia con el canal Telemedellín)… Doctor Bernie…cordial saludo te saluda Santiago Jaramillo, de frente… Eres un gran… un gran… Dios lo bendiga…Me encanta destruirte… je…je…, a ti y a tu familia porque son corruptos…”, dice Jaramillo en un audio.

“… Entonces no son cero corrupción…Tonto…tonto…tonto…tontoooo desde que exista te voy a matar, con esa tontería, tonto…”, agrega Santiago Jaramillo en medio de sus ya reconocidas “desconexiones” del mundo real.

Las palabras de Jaramillo fueron aprovechadas por Guerra para tratar de desviar la opinión pública de su investigación por corrupción, aunque esta vez no utilizó su reconocido show de amordazarse y huir del país. Según él, dejará en manos de la justicia una denuncia contra Jaramillo, por amenazas de muerte.

Santiago Jaramillo por su parte, ya aterrizado, aseguró en la sesión del Concejo de este martes que cuando habló de matar, se refirió a lo que muchos llaman en Medellín la empresa criminal de Bernardo Alejandro Guerra y sus hermanos.

“Aclaro que yo lo que manifesté fue matar una empresa criminal, porque considero que hay actos demostrados de corrupción y ya la justicia ha fallado en ese menester, apreciado cabildante, y sea este momento, en nombre de mi familia, en nombre de los compañeros del honorable Concejo de Medellín, que si sintió alguna ofensa, pues públicamente también le ofrezco excusas como caballero que soy”, dijo Jaramillo en el Concejo.

El anónimo que llevaba el sello de Guerra:

La obsesión de Santiago Jaramillo con Bernardo Alejandro Guerra pareció nacer de un anónimo con el que fue recibido Jaramillo al posesionarse en el 2016 como concejal.

En ese escrito se narraba la forma en que Jaime Andrés Jaramillo, hermano de Santiago, había participado de un robo al Instituto para el Desarrollo de Antioquia, IDEA, mediante contratos falsos en la oficina de comunicaciones.

Al ser descubierto, Jaime Andrés devolvió lo que aparentemente había robado y le había tocado del botín, y además señaló a quienes, supuestamente, le habían colaborado en el robo.

Por devolver el dinero y acusar a otros, nunca pagó un día de cárcel.

En el Concejo de Medellín, nadie aseguró conocer quién remitía el anónimo, pero muchos miraron a Bernardo Alejandro Guerra, experto en ese tipo de señalamientos sin nombre.

Ese sería el inicio de la animadversión que “dispara” mentalmente, cada cierto tiempo, a Jaramillo contra Guerra, quien tiene como eslogan el de “Cero Corrupción”, en un señalamiento mutuo donde ni el uno ni el otro tiene la vida real que dicen poseer.