La Fiscalía de Colombia señaló en un comunicado que Taylor Hawkins, el baterista de la banda estadounidense Foo Fighters, tenía su cuerpo lleno de drogas.
“Se encontraron preliminarmente 10 tipos de sustancias, entre ellas: THC (rastros de marihuana), antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas y opioides”, dice el examen médico.
Con ese análisis forense, Taylor Hawkins se unió al largo grupo de artistas y genios jóvenes que cumplen con el famoso mito de Hollywood, y de la música, de “Vivir Duro, Rápido y Morir Joven”.
El mito nació en 1955 con la muerte de James Dean, dos semanas antes del estreno de su película “Rebelde Sin Causa”, momento en que se acuñó la famosa “Vivir Rápido, Morir Joven y tener un Cadáver Bonito” y que hasta hoy se aplica a casi una veintena de artistas que murieron en la cúspide de la gloria, todos por su cercanía con la droga y con el uso desmedido de antidepresivos.
Después de James Dean murió, muy joven, Elvis Presley (42 años) y si bien el examen médico señaló que su deceso, aparentemente, fue por un ataque al corazón, también se resaltó que tenía rastros de opioides y codeína.
Además, fallecieron Jimmy Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain y, muy recientemente, Michael Jackson y Amy Winehouse, solo por citar a algunos de los más famosos.
¿Qué antecedente tenía Taylor Hawkins con la droga?
Precisamente la frase fue retomada por Taylor Hawkins en el año 2001, cuando fue entrevistado tras sobrevivir a una sobredosis de heroína, justo cuando la banda participaba en el V Festival de Chelmsford, Inglaterra.
Y este viernes 25 de marzo, un mes después de haber cumplido sus 50 años y 21 años después de la primera sobredosis, Hawkins, considerado hoy uno de los mejores bateristas del mundo, murió en Bogotá, cuando Foo Fighters se preparaba para participar en el Festival Stereo Picnic.
La prueba toxicológica en la orina no deja dudas, Taylor Hawkins Vivió Duro, Rápido y Murió Joven”.