Dos fuerzas buscan la toma hostil de la U. de A., por un lado, están el gobernador y el secretario de Educación, Mauricio Alviar, derrotado en la reciente elección de rector del claustro académico, y por el otro lado está Gustavo Petro.
En una nueva confrontación que revive el proceso traumático que dejó la elección de Jhon Jairo Arboleda en el año 2024 y que, según los bandos que se están organizando, sigue «doliendo».
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Los dos bandos utilizan casi las mismas armas para esta toma hostil de la U. de A, por la Gobernación el gota a gota para la entrega de recursos y las “órdenes” al rector, y por el gobierno de Petro la imposición de una “Inspectora In Situ”, cuyo nombramiento fue cuestionado y rechazado por la propia Universidad ante el Ministerio de Educación.
Y es que esa extraña y nunca conocida inspección en los 222 años de vida de la Universidad parece buscar no solo apropiarse de la Universidad de Antioquia sino también del SIU (Sistema Universitario de Investigación) y de la IPS Universitaria, entre otras entidades, que siempre se han manejado como empresas mixtas y tienen hoy mucho capital, contratación y cargos como para satisfacer apetitos burocráticos en plena época electoral.
¿Por qué los profesores de la U. de A. se pensionan a los 80 años?
En la mitad quedó el rector Jhon Jairo Arboleda, quien enfrenta tres problemas, uno cómo solucionar la orden de la Gobernación de bajar en 100 mil millones de pesos los gastos para el año 2026 (lo que quizá lo llevará a sacar profesores de cátedra y eliminar cuanto cargo administrativo o de apoyo pueda), a la vez que tiene al enemigo al lado mirando qué hace, qué firma o qué no firma y que constantemente, aunque no tiene preparación financiera, le está pidiendo informes sobre el manejo de los recursos.
Y, finalmente, todo eso mientras busca recursos que le permitan pagar nómina, que se incrementa fuertemente porque muchos profesores de planta están dedicados a “subirse” el sueldo a punto de escribir libros que muy pocos leen, en una cadena donde hoy yo califico tu libro y tu mañana el mío; además a pedir años sabáticos y también a quedarse en el cargo hasta los 80 años, sin jubilarse, gracias a un acuerdo salarial firmado para ganarse su apoyo, así las finanzas de la U. de A. no aguanten esa carga financiera.
A la vez que disfrutan de «factores» que les suben más el salario (escalafón, titulación, antigüedad y hasta el estar en cargos administrativos)
Incluso el propio Rector le señaló al diario El Colombiano el desfase que existe para pagar salarios y gastos administrativos, que sumarían cerca de un billón de pesos solo en el año 2024,: “…Sin embargo, los salarios ese año subieron un 10,88% y los gastos de funcionamiento fueron de $827.000 millones, un hueco de $237.000 millones del que no se van a recuperar…Aquí no pasa como en la salud que las clínicas u hospitales hacen una factura que algún día les van a tener que pagar. Esa plata ya no la recibimos…”, expresó.
¿Hay empleo en la U de A.?
Por eso hoy la toma hostil de la U. de A más peligrosa es la de Gustavo Petro, quien hasta finales del año pasado incluso nombraba personas cercanas a Arboleda en cargos en Bogotá y que ahora necesita, más que respaldos, plata y burocracia.
Esa intención está respaldada por un sector del petrismo que tiene senador y hermano funcionario y que necesita votos urgentes, que podrían llegar si se logra nombrar adeptos entre los 1.600 empleados que tiene la Universidad, o los 1.508 cargos administrativos, más cerca de otros 7 mil puestos, que no son de planta, para llegar a los 10.243 cargos que se mencionan acá:

Para esa toma hostil de la U de A., el petrismo buscaría “hacer aburrir “a Arboleda o crearle una crisis de gobernabilidad mediante informes constantes que cuestionarían su capacidad de administrar:
Por ejemplo, Wilmar Mejía, designado del presidente Petro, señalo a una página especializada en educación superior “las transferencias del Gobierno Nacional han sido fundamentales para la UdeA… (pero)… La crisis de liquidez refleja desafíos administrativos, estructurales y estratégicos. Sin embargo, la voluntad de la administración central no ha sido suficiente”.
El problema es que el petrismo solo tendría tres de los 8 votos en el Consejo Superior Universitario, otros dos serían del Gobernador y tras más “fieles” a Arboleda, por lo que gobierno propondría “una constituyente” y volarse las normas que regulan la elección de rector, contempladas en el Estatuto General de la Universidad, en una jugada parecida a la que quisieron hacer para nombrar lacayo en la rectoría de la Universidad Nacional.
¿Quién defiende a la U de A.?
Mientras avanza la toma hostil de la U. de A., y cada fuerza cree que ganará, crece la preocupación en sectores educativos serios que quieren lo mejor para el Alma Mater y que hacen circular un escrito donde se explica qué pasa al interior de la Universidad, como está jugando cada actor y la preocupación de que el principal centro académico de Antioquia, y muy especialmente las empresas o entidades a su alrededor, se conviertan en botín de los fanáticos:
“De las maniobras en el Icetex y la SAE a la toma hostil de la UdeA (19 de septiembre de 2025 – En defensa de la UdeA)
En 2024 se hizo evidente que al Ministerio de Educación Nacional no le interesaba el Icetex tal como funcionaba. El ministro Daniel Rojas dejó de asistir a las reuniones y delegó su participación en un funcionario de su entraña, Daniel Torres Niño, en medio de cuya gestión se crecieron por multiplicación los intereses de cientos miles de jóvenes, ya que en ese periodo se eliminó el subsidio a la tasa de interés a más de 186 mil estudiantes beneficiarios de créditos.
Algunos han interpretado esta maniobra como un intento de marchitamiento de ese histórico instituto de crédito educativo.
El nombramiento de Torres Niño se presentó, pese a que había tenido un escándalo en la misma entidad tal como lo denunció en su momento la congresista Catherine Juvinao por la red social X: “El ministro le ha dado la espalda al Icetex desde que se posesionó no asiste a las reuniones de la junta directiva. En cambio, delegó como ‘enlace’ al señor Daniel Torres, denunciado en el pasado por el mismo Icetex por delitos contra la entidad”.
Esta situación ha llevado a que estudiantes de universidades privadas se encuentren en dificultades para pagar las cuotas de su semestre. El presidente respondió con un mensaje en X donde evidenciaba su postura: “¿Cómo que no habrá cupos suficientes en las universidades públicas? Ya ampliamos en 190.000 los nuevos cupos y vamos para 500.000 el año entrante. Y la calidad de la educación pública superior en promedio está muy por encima de la calidad de la educación privada en promedio en todo el país.”
El representante a la Cámara David Racero reafirmó esta idea cuando expresó también por X que este gobierno no apoya que la gente se endeude para estudiar, sino que financia la educación pública.
Pero esa versión del Gobierno contradice su misma política en algunas universidades como la Universidad de Antioquia, a la que el Gobierno le aplica una inusitada y poco fundamentada inspección, impropia de una institución de tan altas calidades, importancia, prestigio y tradición, y que precisamente ocurre cuando la Universidad requiere mayores recursos -no intervenciones- debido al déficit histórico que acumula.
Además, esta decisión de inspeccionar a la Universidad de Antioquia se produce en un contexto. Desde hace algunas semanas, el delegado del Ministro de Educación en el Consejo Superior de la Universidad es el mismo funcionario, Rojas Niño, cuestionado por sus irregularidades en el Icetex, Y fue nombrado en reemplazo de Juan Carlos Bolívar, quien a su vez trabajaba con el actual ministro Rojas Medellín en la SAE, de donde se les acusa de salir con una millonaria indemnización antes de aterrizar en el Ministerio de Educación y quien pasó de ser delegado del Ministro en el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia, a ser director de calidad del MEN y quien, en acuerdo con Daniel Rojas, decidió nombrar a Angielly Paola Martínez, anterior funcionaria de la SAE, como inspectora “in situ” para la Universidad de Antioquia.
Ella es una joven abogada de la Universidad Cooperativa con nula trayectoria en el ámbito educativo y poca experiencia laboral.
Bolívar, Torres y Martínez son parte de ese grupo de funcionarios del petrismo que están llegando con la intención de tomarse una de las principales universidades públicas del país, hasta ahora independiente de cualquier gobierno, con la anuencia de un sector petrista en el interior de la institución que quieren aprovechar la crisis financiera y convertirla en una crisis de gobernabilidad.
Ese grupo externo, con espejo interno, pretende hacerse con el control de la Universidad de Antioquia a través de una “constituyente” -figura desconocida y acomodada para el beneficio de sus particulares intereses políticos. Ya veremos en qué resulta la inédita inspección, que parece una misión impulsada por los cuestionados y muy amistados señores de la SAE y del Icetex”.