Tribugá es una inversión sin retorno económico y otro embeleco de Iván Duque.

“Crónica de Gardeazábal para www.rutanoticias.co:

“Con la misma desfachatez conque anunció y después ordenó    apoyar al embeleco de Manizales llamado Aeropuerto del Café,

En donde se han enterrado miles de millones y apenas si se han llenado las ánforas del caduco orgullo manizalita,

Nos sale ahora con que la meta es construir Tribugá.

Respaldado, como en la fracasada lucha contra la pandemia, en una falta de información abrumadora, tomó esa determinación absurda de que la va a meter toda por el puerto de Tribugá y como ese es un cuento que se creen a pie juntillas en Manizales y recitan en alabaos en la Asamblea del Chocó, las consecuencias comienzan a dejarse sentir.

Para muchos manizalitas la noticia es sobrecogedora.

Ellos, sobrevivientes de la terquedad de no vigilar el volcán nevado del Ruiz hasta dejarlo estallar

Y causar la gran tragedia nacional, pero sin haberle puesto nunca un sismógrafo, están felices. Siempre han querido quedar cerca del mar y Tribugá les da esa opción.

¿Colombia podrá exportar desde el puerto de Tribugá?

Para los chocoanos,

Que han ido afilando sus odios contra Buenaventura,

Tribugá no es una opción ni de trabajo ni de más riqueza,

sino una forma de vengarse del trato que les ha dado Buenaventura porque como en Colombia no hay carga suficiente para llenar dos puertos sobre el Pacifico,

Construir Tribugá sería ver morir lentamente al puerto vallecaucano.

Pero lo que sí ha generado son dos olas mayúsculas que pueden volverse tsunami,

Son las protestas de los ecologistas de Colombia y el mundo,

Y las cifras escandalosas que ocasionaría en nuestra economía levantar un puerto en la costa chocoana.

Ecológicamente es acabar con un territorio convertido por las lluvias, la malaria y el paso de los milenios en un relictus del bosque que fue Colombia siglos antes de que llegara el hacha antioqueña o las motosierras gringas a acabar con nuestros bosques.

Financieramente es meter al país en una inversión de imposible retorno pues sus costos de construcción serían mucho peores que los del túnel de La Línea o los de Hidroituango juntos y si a eso se suma lo que costaría una carretera de doble calzada para poder llegar al puerto, la tasa de retorno no es admisible ni para quien haya trabajado en el BID de cargamaletas.

En Colombia no tenemos suficiente para exportar,

El agro no es masivo en su producción como para creer que se alimentará a China,

Pero sobre todo olvidan que vendiendo granitos de café o aguacates no llenamos tres barcos al mes.

Insistir entonces en Tribugá es garantizar otro fracaso evidente pero como a quien lo propone le fascina sentirse malogrado, pues hágale porque la plata no es suya sino de todos nosotros los que pagamos impuestos.