La venta de las acciones de Tigo UNE tiene tanta historia pasada, de aparente corrupción, que exigiría se estudiara tranquilamente, en el Concejo de Medellín.
Quien lo dice es el ex congresista y ex diputado de Antioquia Jorge Gómez, quien demás resalta que la venta de las acciones de Tigo UNE es “enmendar un error con otro error”.
Mientras el Concejo de Medellín, en esta versión de 2024, muy seguramente ya “negocio” esa venta de las acciones de Tigo UNE, la voz de Gómez sigue pidiendo que se estudie si es la mejor idea, o si hay otras más convenientes para Medellín.
“No se puede enmendar un error con otro error. Reflexiones acerca de la venta de las acciones de EPM en TIGO – UNE
Por Jorge Gómez Gallego*
El 8 de mayo de 2013 pasará a historia de Medellín, como un día aciago. En una apretada y vergonzosa votación, el Concejo de Medellín aprobó la “fusión” entre UNE, la empresa de telecomunicaciones de EPM y la multinacional de dudosa ortografía Millicom.
La administración de Aníbal Gaviria logró, en virtud de una bochornosa entrega de contratos, prebendas y cuotas burocráticas, que 11 de los 21 cabildantes votaran a favor del peor negocio que haya podido hacer la ciudad en toda su historia.
Y lo de la compra de votos no es un invento mío, fue pública la salida de al menos una secretaria de despacho que se negó a entregarle cargos y contratos a uno de los concejales a cambio de su voto por el proyecto de acuerdo. Aníbal Gaviria y Juan Esteban Álvarez saben de quien y de que estoy hablando.
El negocio no solo consistió venderle a menos precio el 50% menos una acción de UNE a Millicom, sino en cederle el control de la compañía, a esa multinacional de papel, con sede en el reconocido paraíso fiscal del Ducado de Luxemburgo.
EPM quedó en el peor de los mundos: socia mayoritaria de una empresa cuyos principales activos son intangibles, que evade impuestos y funciona bajo la opacidad de un paraíso fiscal, pero que, a pesar de ser minoritaria, quedaba con el control absoluto de la nueva compañía, lo que le permitió pagar la “fusión” y el control, con la caja de la nueva empresa. “Fusión” que no pasó de ser un eufemismo con el que se perfumó lo que en realidad había sido un asalto.
Lo sucedido en estos 11 años ha demostrado que quienes nos opusimos al atraco, teníamos la razón. El tramposo socio minoritario – controlante ha exprimido la compañía, le ha restado valor de mercado, ha deteriorado la calidad del servicio a los usuarios y ha obligado a que de nuestros escasos recursos municipales hayamos tenido que acudir a una capitalización 50-50, cuando los beneficios han sido 100 – 0 a favor de los noruego – luxemburgueses.
La desacreditada y putrefacta administración de Daniel Quintero, en el ocaso de su cuatrienio, trató de vender nuestra mayoritaria e inútil participación en la ya rebautizada TIGO-UNE, sin éxito, entre otras cosas, porque además de la resistencia ciudadana a la privatización de nuestro patrimonio, había la percepción de que, si vendía las acciones, la “platica se iba a perder” en el agujero negro de la corrupción.
Ahora, la administración de Federico Gutiérrez, que ganó las elecciones cabalgando sobre los desastres del quinterismo, nos hace la misma propuesta. Vender. ¿Y Por qué era malo vender bajo Quintero y bueno hacerlo en la gárrula alcaldía del señor Gutiérrez? Pregunta que solo tiene la respuesta bastante ramplona de que Quintero se iba a robar la plata y Fico no.
No podemos permitir que el debate se centre en cuál de las dos administraciones es más idónea, o cual es menos más ladrona, para el manejo de las migajas que nos van a dar por nuestro valioso patrimonio público. NO. Así como muchos ciudadanos lo hicimos en el 2022, debemos centrar nuevamente el debate en cual es la mejor salida a una situación tan compleja como en la que nos encontramos por cuenta de un gravísimo e imperdonable yerro de la Alcaldía de Aníbal Gaviria.
La primera pregunta que deberíamos hacerle al Alcalde es: ¿No se les ha ocurrido que en lugar de salir a vender, salgamos a ver cómo compramos y recuperamos el control de un empresa tan importante como UNE?; ¿vale la pena que el Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación de Medellín tenga una herramienta como una empresa de telecomunicaciones con una poderosa red física de transmisión de datos para su labor misional?; ¿Podemos cerrar la brecha digital que tenemos sin tener una herramienta de esa naturaleza? Estoy seguro que dirá que sí, que sería muy bueno, pero que no tenemos con qué.
Eso de que no tenemos con qué, solo se podría afirmar si supiéramos cuánto vale la empresa, pero la propia administración reconoce que no tiene idea. Ha dicho que solo conoce su valor en libros, $ 1,6 billones.
Yo le puedo dar un dato al señor Alcalde: el fondo de inversiones Atlas Luxco, uno de esos tiburones al acecho de inversiones de alta rentabilidad, acaba de lanzar una oferta de compra, por la totalidad de Millicom por la suma de US$ 4.400 millones.
Millicom ha rechazado la oferta por considerarla lejos de su valor real. Pero digamos que ese es el precio mínimo. Si así fuera, TIGO – UNE, que representó en el año pasado el 23% del total de los ingresos de Millicom en el mundo, debería valer, dólar más, dólar menos, según el cálculo del señor Xavier Niel, dueño de Atlas, unos US$ 1.000 millones, algo así como $ 4,1 billones de pesos, no los $ 1,6 billones que dicen, vale en libros.
De esta forma, para pensar en comprar, deberíamos empezar por buscar unos $ 2 billones, si reconocemos que es importante comprar y recuperar lo que de forma irresponsable y corrupta regaló Aníbal Gaviria.
Y si no tenemos el dinero, es en extremo pertinente analizar la propuesta que acaba de lanzar la Liga Nacional de Usuarios de los Servicios Públicos Domiciliarios: hacer, ahora sí, una verdadera “vaca” entre la ETB, EMCALI, EPM y COLTEL (de la Nación), para dotar a Colombia de una empresa de naturaleza pública, que sirva para universalizar el acceso a internet de todos los ciudadanos y cerrar de forma definitiva la enorme brecha digital que acompaña nuestra enclenque economía.
Señores concejales, señor Alcalde: no traten de enmendar un grave error, con otro peor».
Medellín, agosto 16 de 2024. *Ex diputado y Ex congresista. Dirigente del partido Dignidad y Compromiso