Vicente Arcila, el #110 del Partido Verde en el tarjetón de la Cámara de Representantes es un emprendedor en labores del campo y las artesanías.
Breve perfil de uno de los candidatos que muchas pasan desapercibidos ante el elector, pero que tienen una historia personal y profesional para contar, como es el caso de Vicente Arcila, el #110 del Partido Verde.
Por Guillermo Zuluaga Ceballos:
Con pinta de seminarista y muchos sueños para Antioquia, Vicente Arcila es un joven emprendedor que emprende de nuevo un reto: ser Representante a la Cámara.
Católico, soñador y muy campesino, Arcila nació en El Carmen de Viboral, en 1989, y es el cuarto en una lista de ocho hijos de una tradicional familia dedicada a las labores del agro en el municipio locero de Antioquia.
Cuando se habla con Vicente, no parece que se estuviera ante un joven pueblerino sino ante un curtido político. Y la razón es porque desde sus años en la primaría ha sido inquieto por servir y representar a los suyos.
Después de graduarse de bachiller ingresó a la Universidad de Antioquia al pregrado de Administración de Empresas y para pagarse sus estudios trabajó en una fotocopiadora. Estando en el Alma Mater empezó a participar en procesos de asistencia social, con la comunidad de los Claretianos, por lo que salía un par de veces por semana a repartir comida a los habitantes de la calle. Se retiró de la Universidad y se fue a estudiar al seminario Nuestra Señora de Marinilla, pues optó por la vida sacerdotal. Sin embargo, pudo más su deseo de formar una familia por lo que abandonó el seminario y se regresó a su pueblo, donde se postuló al Concejo Municipal de la Juventud. Allí ganó y participó en el Consejo Departamental en representación de los jóvenes Oriente. Su labor le valió ser nominado al Premio Nacional en la categoría Mejor Consejero de la Juventud en Colombia.
En 2012, se postuló al Concejo Municipal de su pueblo por el Partido Verde y fue la mayor votación. Siendo concejal no hizo parte de coaliciones, “pero si un proyecto beneficiaba a la comunidad, lo votaba positivo”, dice tan seguro.
Hizo parte de Confederación Nacional de Concejales de Colombia –CONFENACOL- y allí lo eligieron presidente de la Federación Andina de Concejales, en representación de Antioquia, Quindío, Risaralda y Caldas. Desde esta Confederación lideró un proyecto de susidios de vivienda para concejales de pueblos de baja categoría (aún sin sanción presidencial). También, un proceso de reparación colectiva a concejales y diputados.
Esas participaciones y ese liderazgo lo motivaron a postular su nombre a la Alcaldía de El Carmen, quedó de cuarto entre siete candidatos, gracias a más de 1500 personas que creyeron en él pese a su juventud y a que no contaba con maquinarias políticas.
Este hincha del Poderoso y amante de la lectura, está casado con María Alejandra Martínez, de quien dice es “su pilar” y es padre de tres niños: Liam, Gael y Emma.
Luego de trabajar en una Caja de Compensación Familiar, aspiró a la Cámara de Representantes y logró seis mil votos. Luego aspiró por vez primera a la Alcaldía de su pueblo natal, donde alcanzó cuatro mil quinientos guarismos. Y al tiempo que continuaba en las bregas políticas siguió preparándose y buscando lograr más experiencia en el sector público: Vicente se graduó de Administrador público, terminó sus estudios en Derecho y está próximo a titularse; así mismo, realizó una Especialización en Gerencia y durante un año estuvo como Abogado en oficina de Control Interno de la Gobernación de Antioquia.
Quizá por ello, dice que ya ha logrado más “madurez política”, y ahora ante la eventualidad de unas nuevas elecciones, buscará de nuevo ser representante, en un momento de profundos cambios en Colombia. Así lo piensa y lo dice Arcila, quien nació en la política con Sergio Fajardo, en 2009.
Por Fajardo guarda gran admiración; como también por Nelson Mandela, por Martín Lutherking, por Ghandi, quienes inspiran sus acciones. “Y admiro a alguien que no marcó la política electoral, pero sí la vida de los colombianos: Jaime Garzón, quien nos decía: jóvenes si usted no asume la dirección de su país nadie lo va a hacer”. Eso dice convencido, pero también ahora ha aprendido a admirar al joven Carlos Amaya, Precandidato a la Presidencia por el Partido Verde, y en quien encuentra algún símil con Boric, el hasta hace poco líder estudiantil, que a sus 35 años se convirtió en el nuevo presidente de Chile.
La política es el arte de servir, dice Arcila quien se define como un soñador, en busca de transformaciones sociales.
“Cuando era niño, mi familia no tenía dinero para darnos a los hijos un pasaje, entonces yo debía caminar de mi casa hasta el colegio y llegaba mojado, con zapatos empantanados y a esperar a que el calor del cuerpo secara la ropa. Entonces cuando llegué al Concejo: dije ’esto no puede seguir pasando´ y logramos conseguir el subsidio del transporte escolar. Hoy me subo a un bus y veo a los niños que pagan con el tiquete y salen felices para el colegio y yo siento mucha satisfacción por ayudarlos, aunque ellos no sepan que yo algo aporté”.
Cree que en la Colombia del Covid –que aún marca el compás- y la de las marchas sociales solo quedan dos caminos: ser espectadores o protagonistas. Y él quiere lo segundo: “es el reto”, dice.
“Aspirar significa eso”, puntualiza.
Arcila, ahora es fórmula de Antonio Sanguino, y cree que con 15 mil votos llega a la Cámara baja y en cuatro años se ve terminando su primer periodo, con un muy buen trabajo realizado por Antioquia. “Soy totalmente optimista con Colombia, nosotros somos la generación de la paz, no podemos dejar que lo que ya hemos logrado nos lo arrebaten; ya nos lo dijo el papa Francisco y ese mensaje lo tenemos que tomar, yo no quiero que mis hijos vivan el país de guerra y de exclusión que yo viví”. GZC
¿Por qué lucha Vicente Arcila, el #110 del Partido Verde?
Sus luchas
UN ORIENTE SOSTENIBLE Y EQUITATIVO
“Me duele el Oriente antioqueño”
Vicente Arcila es un incansable por los asuntos relacionados con el medio ambiente, la juventud, los campesinos y los trasportadores. Y estos grupos y estos temas tienen especial significancia en él cuando están relacionados con el oriente antioqueño, esa región de Antioquia donde nació, a la que pertenece y en la cual vive.
Por ello, en los últimos meses ha sido constante en dos luchas relacionadas con esta parte de la geografía: la posibilidad de una Asociatividad para los municipios y el litigio de los transportadores frente a unas medidas que tomó el Municipio de Rionegro, y que por fortuna fueron aplazadas mientras se analizan salidas menos lesivas para los transportadores del oriente.
ARCILA considera que hay que insistir en un Sistema de trasporte concertado y fortalecer rutas históricas, pero con mejor servicio, con terminales regionales.
Frente a la posibilidad de un Área Metropolitana o una Provincia Administrativa para el Oriente, Arcila está del lado de la segunda opción. Sin embargo, no cierra la puerta a un Área Metropolitana, pero “está no puede ser por imposición de un grupo político o de un municipio sino como fruto de una discusión y de un consenso.