La restauración de la Catedral de Notre Dame de París contará con 930 millones de dólares, donados por empresarios y artistas del mundo, según se supo al cumplirse un mes del incendio que destruyó el 70 por ciento de la Iglesia.

Lo que será difícil será contar con la bandera de Colombia, que adornaba la corona de la virgen en uno de los vitrales diseñados y construidos, en los estilos gótico y barroco, durante los años 1630 a 1707.

La bandera de Colombia en la corona de la virgen fue descubierta por Jairo Tobón Tobón, un antioqueño que durante 23 años fue el sacristán de la Catedral de Notre Dame de París y quien murió en el año 2017.

Jairo Tobón llegó a París en la década de los 70 huyendo de la pobreza.  Inició su trabajo en diversos comercios al mismo tiempo que buscaba un espacio en las academias de ballet de la capital francesa. Posteriormente se convirtió en guía turístico y en una de las visitas a la Catedral el entonces arzobispo regidor le propuso que se quedará como sacristán.

Aceptó y durante 23 años fue el hombre que recibía a los colombianos que lo buscaran y los llevaba a conocer los secretos de una Catedral que vio nacer reyes, casarse a las reinas y coronarse a Napoleón Bonaparte.

Uno de los secretos era esa extraña bandera con el amarillo, azul y rojo que coronaba a una Virgen María. Jairo la mostraba con orgullo y a la pregunta de ¿quién y por qué la puso allí?, hace 500 años cuando América aun no nacía como continente de países libres, siempre respondía lo mismo, que no sabía, pero que pasar por allí todos los días, frente a la virgen, le recordaba a su país.

En el año 2001 Jairo fue protagonista de un documental “las castañuelas de Notre Dame de París”, donde contó su historia y revivió la música de Colombia, interpretada por sus ágiles manos. Diez años después, Jairo contaría su historia a www.rutanoticias.co video del cual reproducimos un corto video de 10 minutos.

En el 2017 murió y el 15 de abril del año 2019 la catedral se incendió. Esta semana se anunció que se cuenta con 930 millones de dólares para reconstruirla, la pregunta será si alguien se interesará en que la virgen lleve nuevamente, sobre su cabeza, la corona con los colores amarillo, azul y rojo, o esa historia morirá, como el hombre que durante 23 años la contó a quien quisiera oír que él, como los colores de la virgen, venían de un lejano país llamado Colombia.