La pelea de Daniel Quintero por UNE, y la agresión de sus secretarios a los concejales que no apoyan la idea, recuerda las innumerables ruedas de prensa que dio Samuel Moreno para que le autorizaran construir la troncal de Transmilenio por la Avenida El Dorado, en Bogotá.
Ironía o coincidencia, la memoria lleva a recordar que en el año 2010 la Contraloría General de la Nación embargó los bienes de Samuel Moreno, tratando de recuperar un detrimento patrimonial de 200 mil millones de pesos que, finalmente se confirmó, costó entregarles esas obras a los hermanos Nule.
Después vendría la condena al ex alcalde de Bogotá, por sus confirmados casos de corrupción.
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Coincidencialmente, la beligerancia de Daniel Quintero por UNE y su venta nace cuando un grupo mayoritario de concejales pareciera no querer que el alcalde venda la empresa de telecomunicaciones en 2 billones de pesos, valor “ideal” logrado entre la Alcaldía y un posible oferente, pero que nadie, hasta hoy, sabe de dónde salió.
Esa pelea de Daniel Quintero por UNE es casi la misma de Samuel Moreno en 2008 cuando anunciaba que las empresas de los hermanos Nule manejarían negocios en la capital, empezando por Gas Capital y la troncal de Transmilenio en la avenida El Dorado, que significarían que 1.5 billones de pesos del presupuesto de Bogotá quedaría en manos de los contratistas costeños.
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Ironía o coincidencia, esta semana será crucial para Daniel Quintero, llamado en el Concejo de Medellín el nuevo samuel moreno, porque perder esta nueva batalla (ya le devolvieron un proyecto para convertir el aeropuerto Olaya Herrera en edificios y apartamentos) le significaría que se quedó sin capital político para aprobar sus proyectos de acuerdo en el cabildo de Medellín, y, quizá, hasta sin capital económico.
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