Viejo loco”, le decían en La Luciérnaga. Y es cierto, porque Gustavo Álvarez Gardeazábal tiene esa “locura” que dan los años y la sapiencia, y que reflejan todos los genios creativos.
Su última “locura” fue visitar, por primera vez, la tumba que mandó a construir en el cementerio de San Pedro y ser testigo presencial de que está lista para recibirlo “enterrado de pie”, como es su deseo póstumo.
“A mí me interesaba revisar si estaba bien hecho el hueco para que me entierren de píe, verticalmente”, dijo a www.rutanoticias.co
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Mientras el otro 99.99 por ciento de los habitantes de la tierra temen a la muerte, Gustavo Álvarez Gardeazábal muestra un gesto reverencial hacia ella. Porque esa parca, que es factor fundamental en sus libros (que hoy son documentos históricos sobre la violencia en Colombia), es solo un paso más, como nos dijo.
¿Y entonces qué es esa muerte?
“… Morir…no tengo convicción religiosa sobre la muerte. Es un momento más de la vida que muy probablemente se termine cuando uno muera, porque nadie se ha devuelto del agujero negro para contarnos qué pasa después de morir.
“Entiendo que no es nada común, y, de pronto es hasta anormal, que uno visite en vida el sitio donde lo enterrarán. A mí me interesaba revisar si estaba bien hecho el hueco para que me entierren de píe, verticalmente.
“El resto es sorpresa, salvo que uno se suicide y entonces escoja también la hora de morirse…”, nos dijo.
¿Qué hace Gustavo Álvarez Gardeazábal en Medellín?
Gustavo Álvarez Gardeazábal está en Medellín gracias a una invitación de Valora Analitik, que lo entrevistó.
“Fui para hacer un conversatorio al pie de la tumba con el profesor Joan Manuel Largo de Eafit, quien se ha vuelto un estudioso de mi obra. El conversatorio fue hecho por Valora Analitik y estuvo presente Silva, su director. También estuvieron presentes a más del equipo de Valor, Gilma Usuga y Marta Llano. Fue un señor diálogo”, dijo al pie de su tumba.