Solo existen dos libros de afiches de Fernando Botero y el autor es su amigo, Enrique Michelsen.
Una vez, Fernando Botero señaló que no tenía muchos amigos, “pero si gente a la que invitaba a todo”. Enrique Michelsen era amigo e invitado a todo lo que rodeaba al maestro.
Fuera de la familia, esposa, hermanos, hijos y nietos, era común ver a Enrique Michelsen en las exposiciones en los parques, calles y galerías más famosas del mundo y además en las grandes citas de Fernando Botero (como la exposición en Florencia, la del Muro de Berlín, la conjunta con Pablo Picasso, la de los Campos Elíseos en París, entre otras) y se le veía allí tanto como amigo como confidente.
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Esa “citas”, hace que hoy sea el más grande coleccionista de posters o afiches de Fernando Botero.
No en obras… “porque no me alcanzaba para comprar una”, como dice él, pero si en: 300 afiches de exposiciones alrededor del mundo, en marioskas (las tradicionales muñecas de Rusia, que son huecas y en su interior guardan la misma versión de sí mismas, pero más pequeñas y más pequeñas y más pequeñas), en discos de música, como la carátula del Grupo Baby Grand, de Pensilvania, que utilizó la obra «Escena familiar de 1969» para su primer disco:
Además de platos, pocillos, portapapeles, lapiceros y cuanto han sacado los museos para homenajear a Botero.
Inclusive, tanto Botero como Enrique Michelsen se sorprendieron cuando, en una visita a la Argentina, encontraron papeles especiales para armar cigarrillos, con el fondo de las Gordas y los cuadros más representativos del artista antioqueño:
¿Cuántos libros de posters de Fernando Botero existen?
Además, la inmensa mayoría de las fotos del celular de Enrique Michelsen muestran a Botero en casi todas las etapas de la vida y, finalmente, su homenaje al maestro quedó reflejado en dos libros monumentales que recogen las exposiciones de Fernando Botero en los museos del mundo, inclusive una de sus primeras y más famosas, la de 1966 en Hamburgo, Alemania:
Tan homenajeado se sintió el maestro que los dos libros, en su portada, llevan la firma original de Botero, en reconocimiento al inmenso trabajo que hay en ellos.
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Trabajo y homenaje del mayor coleccionista de afiches de Fernando Botero, obra que debería estar en el Museo de Antioquia, y no en la casa de Enrique Michelsen, donde muy pocos pueden disfrutarlo.
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