Binley Castro Chillambo, alias el señor del pacífico, era uno de los “ejes del Mal”, llamados así por el Ministro de Defensa. Era, porque la Policía lo capturó en Nariño, al lado de cinco de sus escoltas.

Hasta este fin de semana era uno de los narcos más buscados de Colombia, tanto por la recompensa que se ofrecía por él, que podría llegar hasta 5 mil millones de pesos, como por el pedido de extradición que tiene desde los Estados Unidos.

Eso porque Binley Castro Chillambo, alias el señor del pacífico, se ganó ese apelativo porque conocía todos los secretos del mar pacífico colombiano, los sitios “seguros” para guardar droga o para que salieran en las noches las lanchas rápidas y los puntos de encuentro en alta mar o en las costas de países centroamericanos.

Además, manejaba una red de semisumergibles que traficaban drogas de las disidencias de las FARC y de los carteles mexicanos hacia Estados Unidos y Europa.

Eso lo había distanciado de las disidencias de las Farc en la zona, a donde había ingresado como un militante más, ganando la confianza de Perilla Sandoval, alias “Allende”, cabecilla de la disidencia Alfonso Cano. 

¿Quién entregó al señor del pacífico?

Pero alguien lo entregó y existen dos tesis.

Una que habla de sus hombres cansados de que el señor del pacifico no compartía las jugosas ganancias del tráfico de drogas y que, además, obligaba a sus hombres a estar constantemente en pueblos y veredas en fiestas comunales que organizaba y otra que señala a bandas de narcos rivales que querían sacarlo del negocio aprovechando la muerte de los jefes de las disidencias en Venezuela.

“Acostumbrado a una vida de lujos, esporádicamente entraban unas embarcaciones hasta el sector de la Laguna, en Roberto Payan, para cumplir sus caprichos, licores, comidas rápidas y algunas mujeres se veían desfilar por esta zona, las molestias se generaron al interior de la organización criminal a tal punto que se presentó una protesta y la suspensión de la producción de alcaloides hasta tanto no se les pagara a todos los que se encontraban en los laboratorios”, dicen los medios en Nariño.

Como sea, alguien se ganó hasta 5 mil millones de pesos, y recuerda las recompensas que se están cobrando por la muerte de los jefes de las disidencias en Venezuela.

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