Colombia: las razones de la guerra es un libro que trata de explicar la espiral infinita de violencia en Colombia.
La lectura de Colombia: las razones de la guerra podría ayudarnos entender al país, dice Gardeazábal, para aclarar el “caos polarizante que nos ahoga”:
“Leer al historiador Jorge Orlando Melo da gusto así plantee el soberbio desprecio para las ideas ajenas contradiciéndose unas páginas después.
Ahora ha publicado un excelente libro que pone sobre la mesa, o en 284 páginas, casi todos los elementos históricos que constituyen la eterna guerra que ha vivido este país desde antes que los españoles se asomaran a conquistarla, arrasando cementeras y preñando indias.
Con ese método oxfordiano que le es característico a Jorge Orlando en sus tesis, plantea de entrada que atribuirles la violencia colombiana a los genes es una idea rutinaria y tan despreciable como la de achacárselo al desarrollo de una cultura atemporal.
Yo no estoy de acuerdo y mucho más cuando pese a calificar esas tesis, que he defendido por años me parece que al llamarla rutinarias o insignificantes, el libro lo que desarrolla son todos los argumentos para demostrar lo contrario, es decir que el equivocado sería él.
A lo largo de su agradable lectura se desarrolla la comprobación que el hecho de que Colombia es la mezcla de descendientes de 120 tribus enfrentadas en permanentes batallas entre ellas y españoles sobrantes de las guerras hispano-árabes y además por negros africanos vendidos como esclavos luego de perder las guerras en sus reinos, y que eso sí influye y bastante.
¿Qué dice Colombia: las razones de la guerra ?
Pero allá él con sus contradicciones. Son tan sabias sus apreciaciones para insinuar que ha escrito este libro tan fundamental para demostrar que ya no existen argumentos fuertes para el mantenimiento de la violencia política, que uno se convence leyéndolo que todo el meollo se puede originar en la equivocada visión de que atacar al sistema sea una acción ética y políticamente posible y que lleva por añadidura a que defenderlo también resulte siendo ética y políticamente aceptable.
Analiza la inferioridad de los indios frente a la conquista española, cruel y despiadada como la inquisición religiosa que la amparaba.
Hurga con maestría los elementos que construyeron la independencia, la república y las guerras civiles como parte del ejercicio de la violencia sembrando odio sobre los atropellos e injusticias.
Detalla los elementos del siglo XX desde las batallas heredadas entre liberales y conservadores hasta llegar en andas del marxismo a la guerra de guerrillas.
Minimiza, lamentablemente, el accionar paramilitar pero no lo desconoce quizás porque tiene afán de concluir que las formas de acción política que invoquen la lucha armada producirán un rechazo social general y por tanto están condenadas a nuevos y reiterados fracasos.
Es un libro, pese al método contradictorio que utiliza, fundamental para entendernos en medio del caos polarizante que nos ahoga.
El Porce, octubre 9 del 2021