La extorsión en Bogotá dejó cifras preocupantes, en 2023 fueron denunciadas 1.518.

Eso significa 5 diarias, y las no denunciadas pueden ser cinco veces esa cantidad, según cifras del Concejal Juan Manuel Díaz.

Pero la extorsión en Bogotá siempre la “…menospreciaron vergajamente como un delito provinciano”, que ahora se les volvió una realidad y aterroriza, señala Gustavo Álvarez Gardeazábal, @ElJodario, en www.rutanoticias.co:

“LA EXTORSIÓN REVENTÓ EN BOGOTÁ

Los abrumadores medios bogotanos siempre menospreciaron vergajamente a la extorsión como un delito provinciano.

Igual hicieron en los años de la violencia partidista del 48 al 58 del siglo pasado, que no tocó a Bogotá, y para ellos fue una guerra lejana y más anecdótica que otra cosa. Parecía que Bogotá estaba vacunada también contra las extorsiones que en Barranquilla o en Tumaco, en Cali o en Ibagué denunciaban ciudadanos, comerciantes la mayoría de las veces.

Siempre se minimizó.

Si El Heraldo contaba que en Soledad habían cerrado negocios porque no podían pagar la extorsión y que en Malambo habían matado a fulano o perencejo por no pagar, los medios bogotanos convencían a sus lectores y oyentes que esos eran chismes parroquiales elevados pendejamente a noticia nacional.

Cuando yo conté del régimen de extorsión que se implantó en Tuluá y detallaba como se formaron carteles para no dejar vender alimentos perecederos, apenas si decían en voz baja o en redes que esas eran novelas que se inventaba el marica de Tuluá.

Pero como la situación económica se les fue complicando a muchos. Como las autoridades policiales encontraron fórmulas para responsabilizar de esas extorsiones a presos que usaban celulares desde las cárceles y en las oficinas gubernamentales en Bogotá creyeron que menospreciando ese azote infernal nunca llegaría, la extorsión tocó las puertas de la capital y por estos días estalló.

Ya todos los medios hablan de las distintas modalidades y en breve contarán como les hacen estallar granadas en los negocios donde no paguen y quizás hasta lleguen, como en Tuluá, a cortar cabezas para aterrorizar mucho más.

Porque no lo pueden olvidar, del General Salamanca hacia abajo, que la extorsión es un acto terrorista. Que quien recibe la llamada o el panfleto exigiéndole un pago para poder seguir trabajando o seguir vivo, se aterroriza.

Pilas alcalde Galán que se lo come el coco.

Gustavo Álvarez Gardeazábal. El Porce, abril 18 del 2024

Escuche análisis sobre la extorsión en Bogotá: https://www.youtube.com/watch?v=3jVZB_JKwEA