El primero de mayo de 2023 se inició el milagro de los niños en la selva de Colombia. Un viaje aéreo del líder indígena Herman Mendoza, su esposa Magdalena Mucutuy, sus 4 hijos y el piloto Hernando Murcia terminó en la muerte de los tres adultos.

Precisamente hoy la Aerocivil de Colombia presentó un informe, desde lo técnico, de lo que pasó en el viaje aéreo, que llevaría a que el piloto declara que perdía rápidamente potencia en sus motores hasta que finalmente la aeronave cayó en la selva.

La aeronave cayó sobre un circulo de árboles gigantescos, que amortiguó el golpe y finalmente la avioneta, de matrícula HK 2803, cayó de manera vertical. Ese golpe causaría las lesiones y posterior muerte de los tres adultos.

Vea aquí el informe oficial de la @AerovicilCol:

¿Cómo fue el milagro de los niños en la selva de Colombia?

Los niños, guiados por su hermana mayor, de 14 años, se alejaron de la avioneta y durante 40 días caminaron por la selva, hasta que el 10 de junio fueron encontrados.

“El día feliz para todos los colombianos saber que estos niños estaban con vida. Lo sabemos el 9 de junio cuando fueron avistados por unos indígenas y luego las tropas del Ejército lo confirmaron. Nos dieron la noticia con la palabra ‘milagro, milagro, milagro'”, señaló en la rueda de prensa el coronel Miguel Ángel Camacho, director técnico de investigación de la Aerocivil.

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Hasta el momento, Daniel Coronel ha escrito un libro, recomendado en redes sociales, como el mayor acercamiento a la historia real de como fue el milagro de los niños en la selva de Colombia.

Y ya está lista la película que narrará las vivencias de los niños.

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¿Qué es la selva para los indígenas en Colombia?

Pero, desde la cosmogonía de Alex Rufino, un indígena ticuna, se conoció quizá el mayor acercamiento a las creencias indígenas que permitieron que los niños sobrevivieran.

Fue en una entrevista para BBC donde Rufino definió que la selva no era el peligro para los niños, y antes por el contrario sí su protectora. Que existen, como decían las comunidades indígenas en ese momento, “espíritus en la selva” que quizá no querían dejarlos salir:

“Los niños, por intuición, aprenden mucho de sus padres. Cuando van a cazar, a recolectar frutas. Su observación es fundamental. Van aprendiendo lo que les puede servir y lo que no.

“… Uno en la selva no puede quedarse quieto. Por instinto, te mueves. Porque en la selva nosotros no estamos pendientes de salir, sino de encontrar comida y cosas que nos permitan pasar mejor la noche.

“… Es una selva muy oscura, muy densa, donde están los árboles más grandes de la región. Es una zona que no ha sido explorada. Las poblaciones son pequeñas, y están al lado del rio, no en la selva… Pero nosotros no lo vemos desde el miedo, o desde el peligro, sino desde el respeto. Cada centímetro de la selva tiene una espiritualidad que no puedes invadir. Cualquier movimiento implica un diálogo con el chamán, con el espacio. Si no, te puede afectar tu salud o tu seguridad”, señaló en la entrevista. (puede leer la entrevista COMPLETA aquí).