Los pacientes de Coomeva vivían una tragedia para que esta EPS les atendiera sus necesidades médicas, casi todas de vida o muerte.

Ahora, esos pacientes de Coomeva, pasan de EPS en EPS sin atención y con sus tratamientos de cuidados intensivos suspendidos… y sin respuesta.

Denuncia de la “Crónica de Gardeazábal” para www.rutanoticias.co:

“LA TRAGEDIA DE LOS EXCOOMEVA

Mi tocayo Gustavo lleva 7 años batallando contra el cáncer.

Su caso mereció que mis lectores y oyentes supieran en el pasado de su colosal enfrentamiento con la desaparecida Coomeva para que le dieran la medicación a tiempo, le restituyeran la cronología del tratamiento cuando fue suspendido intempestivamente etc, etc.

Ahora que fue liquidada Coomeva le anunciaron que había sido remitido a la Nueva EPS.

Unos días antes de esa estruendosa determinación, que afecta fundamentalmente a pacientes vallecaucanos, le habían fijado los oncólogos una cuarta dosis de la quimioterapia para hoy 18 de febrero en Hematooncólogos de Tuluá.

Lamentablemente, como les ha pasado a muchos enfermos desesperados, la migración de Coomeva a las otras EPS no ha sido ni expedita ni mucho menos bien planificada y mi tocayo Gustavo volvió a caer en las garras de la angustia.

El hizo los trámites a través del wasap 3214459657 y después de luchar con el robot que atiende para registrar a los enfermos en tratamiento, acudió a la oficina de la Nueva EPS en Tuluá, para ampliar la información y alguien humano, pero en actitud inhumana, le dijo desde la puerta del establecimiento que el tratamiento de oncología lo seguirían los ExCoomeva en la Clínica Valle de Lily de Cali.

Pero hasta allí quedó todo.

Hasta ayer esperó que le dieran el turno hoy para no irse a pasar del tiempo que una quimio de esas exige casi de manera estrictamente matemática.

¿Qué pasa en la Nueva EPS?

Me contó su historia la semana pasada, aterrado de tener que repetir el viacrucis.

Yo le escribí hace 4 dias, temiendo que esto iba a pasar, a José Fernando Cardona, el presidente de la Nueva EPS, pero debe haber tal cantidad de reclamos en su correo que Gmail me contestó que mi cordial nota no había podido ser terminada de entregar por una situación temporal, lo que casi siempre pasa cuando el correo se llena y no recibe más envíos.

Mi tocayo, curtido de todo lo que ha hecho por defender su vida a lo largo de estos 7 años y golpeado anímicamente porque el tiempo y el mal avanzan, me dice que por favor no insista en su caso, sino que denuncie el de tantos otros miles de pacientes que deben estar pasando por las mismas o peores y a que los ha llevado a esa situación la precipitud macrocósmica del Ministerio de Salud y el sádico desgano de la EPS.

Como testigo de su lucha bravía, me duele por él, pero pienso en lo que les podrá estar pasando a tantos otros esperanzados en ganarle la pelea a la muerte y a quienes ya no les queda ni siquiera resignación y prefiero cerrar los ojos y maldecir con fuerza a quienes les causan ese daño miserable:  hijueputas!

Gustavo Álvarez Gardeazábal