Tanto que se denunció que el restaurante San Carbón era de la familia de Albert Corredor y que allí Daniel Quintero y sus secuaces podían hacer lo que quisieran y se cumplió… Casi al cien por ciento se cumplió.
Falla en que, tras la muerte del suegro de Albert Corredor, quien fuera socio fundador, el restaurante pasó a otras manos totalmente diferentes, y acierta en que Daniel Quintero y sus secuaces podían hacer casi todo.
Después de varios meses tratando de que le paguen un sin número de cuentas de consumos, el restaurante San Carbón anunció un cobro pre jurídico a la Alcaldía de Medellín, por los consumos de “viandas y placeres” durante este 2023.
La confianza entre negocio y cliente era tanta, que empezaron a llegar a la Alcandía de Medellín cuentas por consumo del mayor y amigas, consumo del mayor y juan josé, consumos del fin de semana y consumos del alcalde.
“Esto fue lo que consumió el alcalde el fin de semana», decían los escoltas cuando traían las cuentas al piso 12 y esas cuentas iban al fondo fijo, una “caja menor” de 20 millones de pesos SEMANALES, y que Quintero puede “recargar” hasta tres veces al mes.
Pero las cuentas crecieron tanto que, finalmente, la Alcaldía no las pagó más hasta tanto se clarificara ¿Quién pidió el consumo?, ¿a razón de qué? Y si eran “realmente del alcalde”.
Ese estudio de “las facturas” llevó al paro de los pagos y, a la vez, a que tras varios meses insistiendo que se las pagaran, el restaurante San Carbón anunciará que aplicará el cobro pre jurídico al total de la cuenta, que ha llegado hasta 60 millones de pesos.
La Alcaldía, para tratar de “parar la bulla” y el ruido, anunció que pagará “de a 5 milloncitos mensuales”.