El Presidente Duque y el manejo de la pandemia le dejan a Gardeazábal “cuatro verdades” que duelen.

El manejo de la economía, las ayudas a los trabajadores “independientes” y el club de los “mocositos” que gobiernan al lado de el Presidente Duque, reciben su dosis de sarcasmo:

“1. Aunque fastidie mucho a sus fanáticos defensores, el bajón radical que ha sufrido en la encuesta de Datexco la gestión presidencial debe atribuirse a que despilfarró su dignidad como primer mandatario y prefirió ser director y presentador de un magazín de televisión todas las tardes a las 6 pm en vez de gobernar para domeñar desde ahora el incierto futuro económico que se cierne sobre el país.

2. Han pasado 90 días desde cuando casi todos los países del mundo decretaron angustioso confinamiento siguiendo los métodos medioevales para atajar la peste y, hasta ahora, nadie ha podido averiguar a ciencia cierta cómo se contagia.

Como las gallinas ciegas andan las aerolíneas ofreciendo reacondicionadores del aire de las cabinas que cada tres minutos purifican lo que los pasajeros van a inhalar o exhalar.

Y aunque todavía hay quienes dudan que el contacto intercorporal, como darse la mano, besarse o estar cerca de un infectado no contamina, nada que aparece el condón contra el corona virus como surgió cual salvador cuando el pánico del sida.

¿Presidente Duque a quien tiene a cargo del Estado?

3. Hay víctimas de las descoordinadas y quizás exageradas determinaciones adoptadas para atajar medioevalmente la peste por las que casi nadie habla.

Deben ser miles en Colombia y casi todos tienen que ver con la cacareada economía naranja.

Choferes de buses intermunicipales. Miles de meseros, ujieres de hoteles y promotores turísticos.

Propietarios de almacenes y puestos de servicios en aeropuertos y terminales de trasporte.

Para ellos no hay una línea ni un reportaje de tv. Y lo que es peor, los mocositos no parecen haber pensado en un plan tan drástico como el que cada vez reafirman que tienen contra los ancianos para ayudar a ese poco de gentes, o a las putas, a los artistas de medianoche o los que contrataban los bares y restaurantes, o a los integrantes de las orquestas o mariachis que saben muy bien que el futuro ya comenzó a aporrearlos.

4. Cada día que pasa, y se acerca el 30 de junio cuando según las órdenes gubernamentales se abrirán las puertas de la libertad de movilización, abundan los protocolos redactados por los mocositos encargados de la gestión del estado.

Pero nada que aparecen medidas radicales de tipo financiero que le permitan al país reiniciar sus labores para que quienes mueven la economía tengan la garantía de unos clientes que pueden haber desaparecido o a los que no dejarán arrimar.

Ni tan siquiera ofrecen el aval estatal para respaldar los créditos con los cuales, teórica y esperanzadoramente, podrían apertrecharse para volver a arrancar.

Todo esto es verdad. Todo esto duele, pero hay que decirlo.