El hundimiento del Moskva (que traducido al español significa Moscú) señaló un punto alto de la invasión rusa a Ucrania. La nave era el mayor activo naval de las fuerzas armadas de Vladimir Putin y un símbolo del, supuesto, poderío ruso en los mares.

El Moskva era un crucero de 12 mil toneladas de peso supuestamente invulnerable, gracias a sus defensas antiaéreas y cañones, un helicóptero militar y 16 misiles de crucero y, además, era tan simbólico para el gobierno ruso que había sido presentado en público por el mismo Vladimir Putin.

Sin embargo, según el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, este lunes pasado el crucero fue atacado por una unidad secreta ucraniana, que lo impactó con misiles Neptuno.

Mientras que Rusia publicó un comunicado donde dice que se inició un incendio al interior del crucero, que llevó al estallido de varias armas en su interior y que al tratar de llevarlo a puerto la fuerza del mar lo hundió.

En redes sociales, las fuerzas ucranianas publicaron una foto del barco en el puerto (lograda por satélite el 10 de abril) y otra del hundimiento del Moskva.

El hundimiento del Moskva generó dos acciones inmediatas:

El presidente Zelensky, una artista de la TV antes de llegar al gobierno, ordenó la publicación de un sello postal resaltando el alto valor de las tropas ucranianas, mientras que Vladimir Putin ordenó bombardear la fábrica de misiles Neptuno, ubicada a 30 kilómetros de la capital, Kiev.

El Moskva se fue al fondo del mar y con él los 1.000 millones de dólares que valía el barco, más lo que costaban las armas y equipos que poseía y además señaló que en la guerra, como en tantas cosas de la vida, no hay enemigo pequeño.

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