Cuatro concejales traidores del Centro Democrático, María Paulina Aguinaga, Nataly Vélez, Albert Corredor y Lina García Gañán le entregaron la ciudad a la corrupción y ayudaron nombrar un presidente de bolsillo para el alcalde Daniel Quintero.
A pesar de una directriz nacional para que se votara por Simón Molina, y así se lograra una presidencia que ejerciera control político y anticorrupción a la Alcaldía de Medellín, los cuatro concejales, con cuotas burocráticas en la administración de Daniel Quintero, votaron en contra y permitieron que se nombrara a Lucas Cañas, un presidente de bolsillo.
“Hicimos inútilmente todo el esfuerzo persuasivo, el Partido debe tomar las más drásticas medidas y a la mayor brevedad.
“Es mejor quedarse sin concejales que sin principios”, escribió el expresidente Alvaro Uribe Vélez en sus redes sociales.
La verdad es que estos cuatro concejales traidores del Centro Democrático no podían votar contra Daniel Quintero o se arriesgaban a perder la burocracia que les han dado.
Nataly Vélez tiene cuotas en el Inder y su papá, a pesar de gozar de los placeres de Baco, es director de relaciones internacionales del Área Metropolitana.
Además, su esposo, un guajiro radicado en Medellín, coordina las colonias “extranjeras” en la capital paisa y tiene a varios de sus amigos contratados en la Alcaldía y sus dependencias.
Paulina Aguinaga tiene contratados abogados y empleados de medio perfil en el Isvimed y además en el Inder.
Albert Corredor maneja la secretaría de educación y tiene un miembro de Junta Directiva de EPM, Omar Florez Vélez, además de cargos medios en esa misma empresa.
Y Lina García, cuota de Luis Pérez en el Centro Democrático, es dueña de los cargos directivos del Isvimed y es quien coordina “la entrega” de contratos de ese instituto.
¿Qué pasará con los concejales del Centro Democrático?
Por eso, esos cuatro concejales traidores del Centro Democrático, María Paulina Aguinaga, Nataly Vélez, Albert Corredor y Lina García Gañán no podían votar contra Daniel Quintero y menos perder la burocracia y los contratos que les dieron.
Desde Bogotá, la directiva del Centro Democrático decidió que los cuatro perderán voz y voto en el Concejo de Medellín inmediatamente.
Y además, se les abrirá una investigación por traicionar al partido.
Será la misma situación de Santiago “el loco” Jaramillo, quien finalmente también perdió voz y voto a nombre del Partido, pero siguió devengando sueldo como concejal, que es finalmente lo que les interesa a estos politiqueros.