Tal parece que el periodista Camilo Salas hacía lo que quería en los grupos políticos de Creemos, del alcalde Federico Gutiérrez, y en el Centro Democrático, gracias a su amistad y complicidad con el concejal Andrés el gury Rodríguez.
Aunque hoy todos, o casi todos, niegan haber estado cerca de él, pero le encubrían sus inhabilidades, y su pasado criminal.
Ayer la periodista Catalina Botero destapó como el periodista Camilo Salas había sido acusado, en el año 2016, por intento de homicidio de quien en ese momento era su compañera sentimental, quien estaba embarazada en contra de la voluntad de Salas.
Además, contó como este comunicador había falsificado certificaciones de la Procuraduría General de la Nación para un contrato en la Personería, a pesar de que estaba inhabilitado por esa misma entidad para laborar en el sector público.
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Y ayer mismo, se conocieron nuevas andanzas del periodista Camilo Salas, quien aparece al lado de todos los candidatos de Creemos, de Federico Gutiérrez, además trabajando al lado del propio mandatario durante su campaña a la Alcaldía de Medellín y “aconsejando” a aspirantes de ese grupo a la Asamblea Departamental.
Eso sí, en Creemos nadie hoy lo conoce.
¿Qué hacía Camilo Salas en la revocatoria de Daniel Quintero?
Pero hoy también se supo que el periodista Camilo Salas, gracias a su amistad con el concejal Andrés Rodríguez, fue pieza clave en el intento de revocatoria de Daniel Quintero.
Pero más allá de esa participación, como ciudadano, fueron famosos los “recordatorios” del concejal a los integrantes de los comités de la revocatoria señalando que que Salas estaba “impedido” para entrar al sector público por el intento de asesinato de su compañera sentimental, delito que admitió ante el juzgado de Medellín que lo condenó a 200 meses de cárcel, pena que se redujo a 100 meses (8 años y 4 meses de cárcel) dada su confesión y admisión de culpa (de los cuales finalmente solo pagó 4 años de prisión).
Como quien dice, en Creemos y en el Centro Democrático sabían del “impedimento” de Salas, pero nadie advirtió de él cuando le entregaron un contrato, a través del ITM, para trabajar en el Isvimed, el problema es que allá no se lo aguantaron por acosador.
Tampoco, nadie en Creemos o en el Centro Democrático advirtió sobre su inhabilidad cuando enviaban su hoja de vida, a la Alcaldía o cuando le pidieron al Personero de Medellín que lo contratara.
Ahora que la Procuraduría inicia una investigación a quienes contrataron al periodista Camilo Salas, muchos se lavarán las manos, pero ya no les Creemos y menos que sean cien por ciento cabales a la ética y la honra.